jueves, 22 de julio de 2010

La mansión - Capitulo 13º



Notas del capitulo: este es oficialmente el capitulo más largo del fanfics son cuatro paginas y media, lo sé, por eso tardé tanto, pero si lo cortaba no tendría tanta emoción. 

Capitulo 13º - La chica del espejo.

– ¿Adeline?
La chica me miró extrañada y luego dijo:
– ¿Cómo sabes ese nombre? ¿Quién eres tú?
– Soy Gustav. Bueno… yo… no  sé como explicártelo.
– Inténtalo. – dijo la chica desafiante.
– No creo que sea el mejor momento para explicarlo todo, ¿no crees?
– Cierto, soy Béatrice, la…novia de… Andrew. – dijo triste, con la mirada baja.
– ¿Béatrice? La novia de Andrew. ¿Tenía novia? Sabes que el está…
– Muerto, sí, lo sé…
– ¿Qué haces aquí? – pregunté.
– Lo mismo que tú.
– ¿Puedes especificar mejor?
– Huir de los perros. Sí, yo también llegué aquí por error, huyendo de esos malditos.
– ¿Y porqué no saliste?
–  No puedo, no se nadar.
– Oh… ¿y la barca?
– ¿Tienes la barca? – preguntó.
– Claro que sí. ¿Cómo llegaste tú?
– En la otra barca, pero se hundió.
– ¿Cuánto tiempo llevas aquí? –  pregunté.
– Un día, no ha sido nada agradable créeme. Y menos contigo, sucia. – dijo gritándole al espejo, más bien a la chica que había dentro.
El rostro de la chica comenzó a deformarse formando un grotesco rostro que infundía terror.
– ¿Quién es? – pregunté.
– Quien va ha ser…. Bloody M…
– ¿Bloody Mary?
– Estúpido. – gritó.
– ¿Qué? ¿Qué he hecho?
– Ahora saldrá del espejo.
– ¿Y porqué no me lo dijiste antes?
– ¡Te lo dije!
– No, no me lo dijiste.
Como dijo Béatrice, la chica empezó ha salir del espejo, comenzando por sacar su pie derecho y saliendo lentamente.
– ¡Corre! – gritó Béatrice.
Los dos salimos de la casa y nos acercamos a la barca, pero en el embarcadero seguían los niños y sus perros a la espera de devorarnos.
– No podemos irnos, pero tampoco quedarnos. – dije.
– ¿Que le has hecho a esos niños? – preguntó.
– Bueno… fue en defensa propia…
– ¿Qué hiciste? – preguntó.
– Bueno… yo… maté a uno de los perros.
– Que bien… este tío es tonto.
– Oye yo no sabía nada de esos niños.
– Lerdo.
– ¿Cómo que lerdo? Encima que voy a intentar sacarte de aquí.
– No tendríamos que habernos ido si no hubieras sacado a esa chica del espejo.
– Y yo que sabía que diciendo su nombre saldría del espejo.
– ¡¡¡Aaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!
– ¿Y ahora porqué gritas?
– Aaaaaahhhh – dijo señalando detrás de mí.
Me giré y detrás se encontraba la chica del espejo, subimos a la barca y encendí el motor. Empezamos a navegar hasta la orilla, pero no me pareció buena idea, y decidí apagar el motor.
– ¿Qué hacemos ahora? – pregunté.
– Es tu problema no el mío.
– Estoy por tirarte al agua.
– No, vale, vale te ayudaré.
– ¿Y que vas ha hacer?
– Razonar con ellos.
– Hola niños. ¿Nos dejáis escapar del bosque y no volver nunca más sin que vuestros perros nos hagan daño?
– Si corréis rápido no os aremos nada. –  respondió la niña con vos tétrica.
– Eso significa que no.
– Mira, Bloody Mary ya no está. –  dije señalando a la isla.
– Es verdad.
De repente del agua salió una chica y se subió a la barca, era ella.
– ¿Qué hacemos? –  le dije.
– Salta.
Ambos saltamos al agua.
– Espera, pero tú no sabes nadar.
Entonces Béatrice, se lanzó hacia mí haciendo que me ahogara y tragándome mitad del lago.
Salimos del agua, casi muero ahogado pero, por suerte, estoy vivo, salimos corriendo al ver que los perros se aproximaban a nosotros y Bloody Mary también.
Nos adentramos en el bosque apenas se veía nada, todo estaba negro, los perros nos seguían de cerca, casi podía sentir su aliento en mi cuello.
Entonces escuché un plaff.
– Oh… – oí decir a Béatrice.
Ella cayó en mis brazos.
– ¿Estás bien?
– Nunca me he estampado contra un árbol, es doloroso.
– Vaya. – dije ayudándola.
Escuché un gruñido, los perros nos tenían rodeados, empezamos a retroceder lentamente y ellos empezaron ha acercarse, aunque todo estuviera oscuro yo veía sus ojos brillando, pero con tan mala suerte que  detrás nuestra había un gran árbol que nos entorpecía la huida.

….:Mientras tanto en la mansión:…

– Le digo que su hijo se ha ido. – dijo Bill gritando.
– Y yo te digo que quiero dormir. – dijo Joel. 
– Pero que se ha ido, no está aquí, no ha vuelto, se fue hace horas. – dijo Georg casi gritando.
– ¡Déjame dormir! – dijo Joel.
– A lo mejor se ha perdido en el bosque. – dijo Tom.
– A lo mejor está muerto por que le ha matado uno de esos perros.
– O chicos, de verdad os creéis esas historias. Son solo tonterías para que los niños se vayan a la cama. – dijo Angélique cansada.
– Pero…
– Pero nada, id a dormir.
– Si en una hora no regresa vamos a buscarle.
– Ya es mayorsito tiene 30 años.
– Tiene 21.
– Bueno, está bien.
- - -

No había escapatoria, eran demasiados y nosotros solo dos contra tres perros rabiosos, creo que me arrepiento de haberme cargado a su líder.
Entonces Béatrice me cogió la mano, ella también estaba asustada y no era para menos ambos sabíamos que eran capaces de hacer esos perros. Miré hacía ella, apenas veía su rostro, no faltaba mucho para el amanecer.
Entonces, los perros se lanzaron hacia nosotros, Béatrice me abrazó con todas sus fuerzas, entonces…
Escuché unos sonidos muy raros, alcé la mirada y encontré a los tres animales decapitados, con sus cabezas ensangrentadas esparcidas por el suelo, Bloody Mary había llegado. Pero, nos ha salvado o nos quiere hacer algo peor. Miré ha Béatrice ella seguía abrazándome fuertemente, con su cabeza acurrucada en mi pecho.
– Béatrice.
Ella levantó la cabeza y pude ver los ojos más hermosos que haya visto en toda mi vida.  
Ella se separó de mí lentamente, los dos miramos a Bloody Mary que nos observaba con sus terroríficos ojos. Ella caminó lentamente, hasta ponerse justo delante de mí.
– Bésame – dijo ella.
– ¿Ehhh?
– Lo que has oído. – dijo con voz tétrica.
Miré a Béatrice.
– A mí no me mires. – dijo ella.
– Sino, me apareceré en tu espejo todos los días.
Miré sus labios con asco, llenos de sangre… ¿de verdad tengo que hacerlo? Luego me fijé en sus dientes, dios…
–  Está bien…
– ¿Enserio? – dijeron las dos a la vez.
– Sí, hazlo antes de que me arrepienta.
Bloody Mary me cogió de los hombros, me acercó a ella y me besó…

…: Mientras tanto en la mansión….

– Joel, vamos. – dijo Bill enfadado.
– Es mi hijo y estas preocupado tú más que yo.
– Por supuesto que estoy preocupado, que le habrá pasado a Gustav, el pobre, a lo mejor está en el bosque herido, o Dios sabe que le habrá pasado.
– Te preocupas demasiado. – dijo Joel.
– Y tú te preocupas poco.  
– Normal, si se ha ido será por algo, y seguro que volverá.
– Joel, a lo mejor si que le ha pasado algo malo. – dijo Angélique.
– No lo creo, estará bien.
–  Oh, dios ya casi son las seis y media. –  dijo Bill preocupado.   
– Y salió a las doce. – dijo Georg.
- - -
– ¿Gustav? – oí decir a Béatrice.
– Me ha metido la lengua hasta el gaznate.
– ¿Podría haber sido algo peor?
– ¿Tú crees?  - dije irónicamente.
– Bueno yo…
– Quiero lavarme la boca con lejía. Ha sido asqueroso.
– Venga, o eso o nos decapitaba como a los perros.
– Tú no has tenido que besarla.
– Está bien, es asqueroso, tú ganas.
Caminamos por el bosque, por lo menos ya había amanecido y podíamos ver donde pisábamos, ya faltaba poco para que saliéramos del bosque, podía ver la  calzada a escasos metros de mí. Pero, no era así, nos encontrábamos en la calle que visité hace días, sí, cuando encontré a la niña descuartizada, a escasos metros ya empezaba el camino terroso.
– ¿Qué hacemos ahora? – pregunté.
– Seguir caminando.
– Esto está muy lejos de la mansión. – dije cansado.
– ¿La mansión? ¿Vives en la mansión? Espera, espera, ¿la vendieron?
– No la vendieron, mi padre se va a casar con Angélique.
– ¿Por qué? ¿Y su marido?
– Murió hace años.
– Oh, vaya, no lo sabía.
Entonces me acordé de Andrew y pensé en el camafeo que me había dado. Metí la mano en el bolsillo y allí estaba el colgante.
– Béatrice. – dije mostrándole en collar.
Ella cogió el collar y lo contempló unos segundo, luego la metió en el bolsillo.
– ¿Cómo tienes esto?
– Me lo dio Andrew.
– No lo entiendo. ¿Por qué?
El silencio se hizo eterno, pero una vocecita que yo reconocía perfectamente se hizo escuchar.
– Has matado a mi perro. – dijo la niña acurrucando en sus brazos la cabeza cortada de su difunto perro.
– ¿Por qué lo has hecho? – dijo el niño.
Miré a Béatrice, ella seguía mirando el collar. Observé a los niños nuevamente, agarré el brazo de Béatrice y me metí con ella en el bosque, si algo he aprendido hoy, es que no debo estar cerca de esos nuños tan raros, nunca y menos darles confianza.
– ¿Qué ocurre? – dijo Béatrice.
– Los niños nos siguen.
Seguimos corriendo ellos nos perseguían, es que acaso esto no terminará nunca.
Salimos del bosque a la carretera, delante de mí veía los viñedos y cerca la mansión, por fin lo hemos conseguido, o eso creía, esos niños malditos todavía nos seguían.
Cruzamos hasta el otro extremo de la calle. Los niños estaban parados en medio de la carretera, con sus sonrisas diabólicas, entonces,  un coche paso sobre sus cuerpos, el coche paro y salió mi padre.
– Ha recuperado el Mercedez. – dije.
Entonces Béatrice salió corriendo, huyendo entre los viñedos.
– ¡Béatrice! – Grité.
Ella me ignoró totalmente y seguía su camino por los viñedos, miré la calzada y me fijé en el camafeo, se le había caído y una vez más era yo el portador de la extraña joya.
– ¿¡Gustav!? – escuché decir a mis espaldas.
Me giré y hay estaba Bill, el corrió a abrazarme, luego me pego y me dijo de todo menos lindo, creo que está enfadado por haberme ido ayer así.
– Hay, vez Bill, te lo dije estaba con una chica. – dijo Angélique.
– Gustav, donde estabas me has asustado mucho. – dijo Georg.
– Es una larga historia. – dije.
– Estaba con una chica, yo lo vi. – dijo ella.
– Creo que he atropellado algo.
– En mejor momento no podías haber llegado. Ahora, ¿podemos ir a casa?
– Claro que sí. No quiero que me echen la culpa de haber matado a un animalito indefenso. – dijo mi padre.
Subimos al coche, según Bill, Tom se había quedado en casa por si volvía, ocupé el medio, odio estar en el medio. Miré hacia atrás, no había rastro de los niños, entonces vi una cabeza rubia asomarse entre los viñedos, era Béatrice, ella caminó hasta ponerse en medio de la calzada, la contemplé hasta cuanto pude. 

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Espero que le haya gustado, y como siempre os pido que Comenten!

4 comentarios:

  1. OMG! me quede asi O____O
    me encanto demasiado este capitulo!!
    Dios! tanto suspenso y emocion!!
    Waaaaaaaaaaa!! quiero el siguiente!!
    Me gustaa muchoo tu fic!! :)

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  2. ¡Hola! Me ha encantado el capitulo. Esta demasiado cool. Uhh que imagen tan espeluznante. pásate por mi blog tienes un premio.

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  3. Valla, no estaba tan largo jeje esta increible y super intersante

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  4. O_O en verdad que grandioso capitulo¡¡¡ admito que el beso ya no se si me dio risa o miedo :S
    muy interesante de principio a fin¡¡¡¡
    ya quiero el siguiente¡¡¡¡¡¡¡¡¡ siiiiiiiiiii
    a y que lindo bill al preocuparse por gus que ternura, y maria sangrienta¡¡¡¡ los salvo ufff
    beatrice que lindos ojos tiene gus no se equivoco¡¡ te felicito
    pd... graxz por avisarme de los capitulos¡¡¡

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