sábado, 24 de julio de 2010

La mansión - Capitulo 14º


Capitulo 14º - Nuevo visitante.

Salí de la ducha agotado, no tenía fuerzas ni para vestirme, me puse delante del espejo, estaba totalmente empañado, entonces empecé a limpiarlo con mi mano, me iba ir a dormir, cuando, una mano salió del espejo y empezó a pasar su mano por la superficie del espejo, lo contemplé hasta que vi quien era, Bloody Mary.
– ¿Qué haces aquí? – pregunté.
Ella empezó a reírse. Entonces, caí en que solo llevaba una toalla alrededor de mi cintura, pasé de ella, estaba cansado, creo que eso de trasnochar no era lo mío.
Me tendí en la cama boca a bajo  apenas tardé unos minutos en dormirme.

– Duérmete, Gusi duérmete ya, que viene el coco y te comerá.
– ¿Ehh? – dije cansado.
– Mira ya se despertó por tú culpa. – oí decir a Tom.
– Yo solo quería que se durmiera.
– Ya estaba dormido simplón. – dijo Tom.
– Chicos. – dije cansado.
– ¿Qué pasa Gus? – dijeron los dos.
– Shhhh…
– Vale, nos vamos. – dijo Bill.
Cuando ya estaban en la puerta para irse y dejarme seguir durmiendo.
– Gus…
– Que quieres Tom. – dije con voz pesada.
– Se te ve el culo. – susurró.
Giré mi cabeza hacia él y le miré con mala cara, él cerró la puerta sin decirme nada más, pero ya era tarde aunque lo intentara ya no podría dormir. Me vestí y bajé las escaleras a buscarles, eran como las doce de la mañana, supuse que estarían fuera.
 Me quedé en el recibidor, dudando de ha donde ir, se me ocurrió mirar en el comedor, pero estaba vacío, luego fui al salón, no había nadie, ¿pero dónde están todos?
Cuando salí del comedor encontré a la sirvienta, que todavía no tengo ni idea de su nombre, cargando con dos maletas, bueno, maletones, porque la pobre ni podía con uno.
Me acerqué a ella y cogí la maleta más grande.
– ¿A dónde vas con eso? – pregunté.
– Al desván. – dijo tímidamente.
Subimos como tres escaleras, creo que he perdido como dos kilos, el desván estaba limpio y decorado, aparte de una gran cama, entonces me acordé de que hoy venía alguien.
– ¿Quién va ha quedarse aquí? – pregunté.
Ella sonrió tímidamente.
– Aún no lo sé, solo lo sabe vuestro padre.
– Oh…
Ella dejó la maleta en el suelo, luego me miró y cuando iba en dirección a bajar las escaleras le dije:
– ¿Cómo te llamas?
Creo que es una pregunta un poco tonta, pero realmente no tenía ni idea de cómo se llamaba.
– Natalie… – respondió.
Yo esperé a que ella bajara, luego tuve que bajar como tres escaleras para llegar al recibidor y ver quien se hospedaría en la mansión.
– Jejejeje  
– ¿De que te ríes Bill? – dije yo.
– Ha venido alguien, que tú conoces.
– ¿Quién? – pregunté intrigado.
– Jejejejeje. – volvió a reír Bill.
Por la puerta entró una chica rubia y alta… evidentemente sabía quien era.
– ¡¡Franziska!! – dije sorprendido.
– Gustav, hermano mío, como te echado de menos.
– ¿Enserio?
– No mucho la verdad. – dijo abrazándome.
– Yo también te quiero.
– Señorita Schäfer, ¿desea que lleve el resto de su equipaje a su aposento? – dijo el mayordomo interrumpiendo.
– Sí.
El mayordomo se fue con dos maletas más.
– ¿Para que tanta ropa?
– Voy ha estar aquí hasta finales de este mes y además voy a irme a Paris con Angélique.
– Espera, si yo me voy este domingo.
– Oh… ¿papá no te lo ha dicho?
– No, ¿decirme el qué?
– Vamos ha quedarnos hasta finales de mes, dos semanas más.
– ¡¿Qué?! – dijimos los cuatro a la vez.
– Un mes aquí, en este lugar, apartados de la civilización. – dijo Tom.
– Sin móvil, sin teléfono… totalmente aislados. – dijo Georg.
– Sin revistas de moda, ni chocolate. – dijo Bill.
Todos miramos a Bill extrañado.
– Bueno, tengo la Cosmopolitan, ¿si te vale? – dijo mi hermana mostrándosela.
Bill cogió la revista y se fue a una esquina a leer.
Lo cierto es que todo había cambiado, ya no eran dos semanas ahora era un mes, ya no eran perros, eran niños… todo va de mal en peor.
Cuando entró mi padre por la puerta, casi me lanzo de rodillas al suelo para suplicar que me dejara marcharme de aquí el domingo.
– ¡Papá! – supliqué. – ¿Por qué quieres que nos quedemos aquí? ¿Por qué has hecho esto? Tú me odias verdad.
– Emm… no hijo no te odio, solo quería pasar aquí el mes, debí decírtelo pero…
– Pero si la noche anterior se había fugado con una chica y se puso a gritar su nombre todo dramático. Béatrice, Béatrice.  – dijo Angélique interrumpiéndole.    
– Mi hermano, se fugó con una chica, que fuerte me parece.
– Ya vez… - dijo mi padre.
– Ahora que me doy cuenta, la novia de mi hijo se llamaba Béatrice. – dijo Angélique.
Entonces todos, pero todos, miraron hacía mí.
– No tenía ni idea, además yo no tengo novia,  yo…
Entonces me quedé pensando en que escusa ponerles sobre que estuve haciendo ayer realmente, creo que lo de novia es lo ideal.
– Si, vale, me fugué con mi novia. – dije mirando al suelo.
– Ves, ves… si es que yo lo sabía todo.
Todos subimos a nuestras habitaciones, yo seguía pensando en si volvería a ver a Béatrice, todavía tenía su collar.
– ¡¡Ahhh!!  – se escuchó un grito provenir del baño. 

- - - - - - - - - - - - - - - - 

Subiré el próximo el lunes,  si es que no me atrapan primero los niños, no xDD 
Espero que les haya gustado y espero sus comentarios!! :3

4 comentarios:

  1. Aaaww me Gustoo!
    Aunkee me dejaste con intrigaa..Me tocara esperar hasta el Lunes xD

    ResponderEliminar
  2. MUCHAS GRACIAS!!!!! que linda de verdad que mas te puedo decir que me encanta tu fic y eso que el terror no es lo mio pero me encanta muchas gracias de nuevo por el detalle

    ResponderEliminar
  3. O_O de nuevo me has dejado encantada¡¡¡ ese bill nunca pierde el estilo¡¡¡ y que sera ese ruido?? :S jajjajja vale me voy pero te felicito¡¡¡¡ FELICIDADES sigue asi hanna

    ResponderEliminar
  4. La hermana de gus!! :O
    hahaha triste bill mas preocupado por revistas y chocolates que por las cosas raras que pasan xD

    ResponderEliminar

¡Escribe aquí que te pareció!

Recent Posts

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...