martes, 10 de agosto de 2010

La mansión - Capitulo 19º


Imagen de Deviantart Ghost Car (By: PolishGuy)
Capitulo 19º - Coche fantasma.

Escuchamos el ruido del motor acelerar, se dirigía a toda velocidad hacía nosotros,  me tiré encima de Béatrice para evitar que el coche nos atropellara. El coche pasó por donde nosotros estábamos antes, y se escuchó como frenaba a unos metros y  luego empezó a dar marcha atrás.
Miré a Béatrice que estaba debajo de mí, está me miraba indignada, de modo que quería que me levantara.
– Perdón. – dije levantándome rápidamente. Escuché como el coche frenaba delante de donde estábamos, miré fugazmente el asiento del piloto, y para mi sorpresa se trataba del monstruo del hospital, junto a él, en el asiento del copiloto, la mujer y en la parte de atrás  la niña a la cual “maté” en el ascensor con todavía el cuchillo incrustado en su frente.
Miré a Béatrice, y le dije corre. Huimos del coche entre los viñedos, malditos fantasmas frustrados porque no ven la luz. El coche nos siguió, era imposible correr más que un coche, y ese maldito le estaba destruyendo los viñedos a Angélique, creo que se enfadará mucho cuando lo vea. Miré hacia atrás, ellos reían  a carcajadas, conseguirían cogernos, era inevitable. Tiré del brazo de ella, para dirigirla hasta la mansión, creo que ahí no podrán entrar, bueno, eso espero.
– ¡Gustav! – gimoteó Béatrice. – no puedo más.
Ella se detuvo cansada,  el coche se dirigía a toda velocidad contra nosotros, la cosa esa que conducía el coche reía, ya obtendría su venganza. 
Algo nos agarró por detrás y  nos desvió del impacto del coche.
– Ya es la segunda vez que se tiran encima de mí. – dijo Béatrice cansada.
Volteé a ver quien era nuestro salvador, ¿Georg?
– ¿Por qué os persigue un coche? – preguntó Georg.
– Bueno… es una larga historia.
– Tú, maldito, mira como dejaste a nuestra hija. – dijo la mujer.
– Cosa más fea tiene por hija. – me susurró Georg al oído. Yo asentí.
– Pienso dejarte igual que ella, maldito mal nacido.
La miré durante unos segundos, ahora me arrepiento de lo que hice… bueno, al menos he ayudado a un fantasma.
– Jajajajaja. – rió la niña.
– A la de tres corremos. Una, ¡TRES!
Salimos corriendo despavoridos, se volvió a ha escuchar el ruido del motor, malditos. Intentamos desviarnos de nuevo hacia la mansión, pero, ¿serían capas de seguirnos hasta ahí? Tendremos que arriesgarnos.
Miré el invernadero de Rose, que en realidad no lo era. Y corrí hasta la puerta, empecé a buscar la puerta que prácticamente era imposible de encontrar a simple vista, y por la
noche era aún más complicado.
– ¿Qué haces Gustav? – preguntó Béatrice.
– Aquí hay una puerta, solo tengo que encontrarla.
– Gustav… ahí no hay ninguna puerta. – oí decir a Georg.
– Si la hay, yo la vi, yo entré.
– A veces, llegas ha ser muy cabezota. – dijo Georg.
Conseguí ver en la oscuridad algo parecido a una cerradura, empecé a forcejearla. No,  está cerrada.
– ¡Dame una piedra! – dije.
– Gustav, ¡no! No podemos romper la casa, eso no le gustaría a Angélique.
Cogí una piedra del suelo y se la tiré a la niña, justamente dándole en toda la frente, si, le incrusté más que antes el cuchillo.
– Mamá ese mal nacido me ha vuelto a hacer daño.
– Maldito, cuando te pille veras. – dijo acercándose más a nosotros.
– Bien, ahora que hacemos.
– Os mataré a todos.
– ¿¿Eh?? ¿¿Como?? Pero si el que tiene la culpa es Gustav  – dijo Béatrice.
– Que buena amiga eres.
– Mira, ya que el tipo este y yo  no hemos hecho nada, que os parece si os damos a Gustav y ya esta.
– Ehh no, no podemos hacer eso. – dijo Georg.
Béatrice le cogió de la camiseta, y lo apartó de mí, los monstruos se habían quedado confusos mirándose entre si. Georg y Béatrice volvieron y me agarraron de los brazos.
– De acuerdo, es todo vuestro. – dijo Georg, llevándome hacia ellos.
– ¿¡Pero que clases de amigos sois!?
Me pusieron delante de la mujer… era más fea de cerca.
– Por fin podré saborear ese cuerpo tuyo.
– Que guarra.
– ¡No! Yo lo comeré primero. – dijo el otro monstruo pasando su lengua por  mi rostro, asqueándome por completo.
– Yo quiero su corazón. – dijo la niña.
– Yo también lo quiero, es lo más sabroso. – dijo la mujer.
– Yo quiero comer sus glúteos. – dijo el monstruo. Todos, incluido yo, le miramos extrañados.
– ¿Nunca lo habéis probado?
– ¡No! – dijimos todos.
Mientras que ellos seguían discutiendo por quien me comía primero, yo, iba retrocediendo, poco a poco, ya que mis súper amigos me habían abandonado, me dolió de verdad, no me esperaba eso de ellos y menos de Georg.
Cuando ya estuve a una distancia consideré la idea de salir corriendo, cuando la niña me pilló.
– ¡Oye! ¿¿Ha donde vas??
– Yo… emm… jeje
– Ven aquí pequeño rubito. – dijo con voz tétrica la mujer.
Yo la miré asustado, entonces, empecé a percibir un ruidito extraño, ¿qué era eso?
Cuando me quise dar cuenta, el SEAT estaba sobre los monstruos.
– ¡Sube! – dijo Georg.
Subí al coche deprisa.
– Pensé que me dejarías tirado. – dije aliviado.
– Nunca. – dijo Béatrice. 


Este es algo corto pensé que había llegado a las dos páginas pero, veo que no xP en fin espero sus comentarios =)


Safe Creative #1007030204797

6 comentarios:

  1. Guauuuu!!! e reee atrapooo ya quiero el proximoo cap.!!! =D Avisamee cuando lo subass! :)

    ResponderEliminar
  2. Aaahh!! amo tu fic Hannah!
    iio tmbn pense q lo habian abandonado :/
    pero resulto q no!! :D

    ResponderEliminar
  3. Me matoo!!
    Kiero saber Mas!! ¬¬

    Espero el Proximo capi con Ansias *---*

    ResponderEliminar
  4. Pff ya habia pensadoo que beatriz y georg lo habian dejadoo solo!! pero no :)
    waa!! cadaa vez mas me gusta tu fic :)

    ResponderEliminar

¡Escribe aquí que te pareció!

Recent Posts

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...