jueves, 9 de septiembre de 2010

La mansión - Capitulo 28º

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Capítulo 28º - Sobrevivir.

– Gustav… – escuché. 
Abrí los ojos levemente, pero la luz me cegó, obligándome a cerrar mis ojos.
– Gus… – siguió llamándome melosamente.
Intenté  volver a abrir los ojos, esperando encontrarme con la persona que me hablaba, pero lo veía todo borroso, solo conseguía captar colores y formas difusas, aún así era obvio que estaba en aquella habitación en la que se escuchaban murmullos.
– Gustav…
Quise ver a la persona que tanto me nombraba, pero no podía. Me zarandeé  intentando soltarme, ya que me hallaba atado de manos y pies a una silla, pero no conseguí nada, me encontraba demasiado débil como para poder soltarme, seguro que era por aquella sustancia que me inyectaron. Logré empezar a verlo todo con normalidad y pude   observar donde me localizaba, me encontraba en una habitación amplia, pero igual de destartalado que el resto de la casa, con un millar de escombros, además de polvo y tierra por doquier, paredes verduscas por el moho, casi sin su pintura original, e iluminado por un deprimente bombillo colgado del techo. Pero la habitación era lo de menos, lo importante era saber que era esto, ¿por qué mis amigos estaban así? Y quién me llamaba.
– Gustav. – dijo. Miré la persona que estaba frente a mí,  su rostro aún escondido bajo esa capucha, de la larga túnica negra. Su voz se me hacía  reconocida, muy reconocida, esa suave vocecita femenina… yo la había escuchado.
– ¿Quién eres?
La chica se detuvo delante de mí, aún no podía ver su rostro, y eso me frustraba. Quería saber quien demonios era.
– Enserio no sabes quien soy, Gustav. – volvió ha decir.
– Muéstrame tu rostro.
Ella alzó sus manos, y deslizó su capucha, y por fin la vi. Esos cabellos rubios, y… esos ojos…
– ¿Tú? ¿Cómo puede ser? Yo… te vi, tú estabas muerta.
– No todo es lo que parece… 
– Pero… tú y Camille, estabais muertas. Yo os vi. – dije sin poder creerlo.
Ella se alejó de mí. Los gruñidos rabiosos de mis amigos se escucharon. Se hallaban encadenados a la pared por el cuello, como si se tratase de unos sucios perros callejeros.  Cogió algo que estaba en una especie de cubo de metal, este tenía salpicaduras de un líquido rojo muy sospechoso…  No supe que pensar hasta que vi como les lanzaba un brazo cortado, que llegaba hasta un poco por encima del codo. No saben, lo deprimente que fue verlos luchar por un pedazo de carne… como si de simples bestias se tratase, luchando el uno contra el otro, arrastrándose, y cogiendo con la boca un brazo que intentaban tragarse enteros… Me dolió tantos verlos en ese estado.
– ¿Qué les has hecho? – dije en un hilo de voz. – ¡¡Natalie respóndeme!!
– Nada, están bien. ¿No lo ves?
– ¿Llamas bien a comportarse de esa manera?  – dije enojado.
– Oh, venga Gustav. No les hemos hecho nada.
– ¿Hemos? ¿Quiénes?
– Las chicas y yo tontorrón. – dijo con una sonrisita.
– ¡¡Devuélvelos a como estaban antes!! – exigí.
Ella no dijo nada, solo siguió dándoles carne a… mis amigos, o lo que quedaba de ellos.  ¿Cómo lo ha hecho? ¿Cómo ha conseguido que estén así? Lo único que se me ocurría era... no sé ni que pensar.
– ¿Cómo lo has hecho? – pregunté.
Ella rió.
– ¿Qué crees que soy? – preguntó divertida.
– El mismísimo diablo. – concluí.
Ella me miró como lo hacía siempre, tan juguetona y mimosa.
– No me gusta lo que has dicho. Adivínalo tú.
La miré frustrado, después de todo me venía con esos estúpidos juegos.
– Bruja. – musité.
– Correcto.
– Y me supongo que las demás también.
Ella sonrió dulcemente, dándome un “sí”. Y prosiguió lanzando carne.
– Por dios, deja de hacer eso. – dije enfurecido. – No son animales, son personas. 
La chica comenzó a reír a carcajadas.
– Por favor… Son mis amigos…
Me observó de reojo, luego me sonrió dejando de tirar  pedazos de carne.
Empecé a escuchar unos gritos, observé la puerta, que se encontraba abierta, y aprecié como los gritos se intensificaban, y al otro lado del marco unas especies de sombras se movían y querían entrar aquí.
– ¡Natalie! – susurré.
Éline entró, siempre con esa larga túnica negra. Tiraba de una chica que no paraba de gritar y patalear para no entrar. Parece que todos tememos de este lugar… En un movimiento brusco, Camille, consiguió empujarla dentro, provocando que se cayera.
– ¡¡Béatrice!! – grité.
– Gustav. – susurró débilmente.
Luché contra los amarres de cuero oscuro que me impedían moverme. Pero lo único que conseguí fue dañar mis muñecas.  Éline, la agarró de sus cabellos, haciendo que ella se tuviera que levantar y la llevó a una esquina de la estancia.
– ¿Qué hace ella aquí? – dije alterado.
– Bueno… – intervino Éline con ese deje francés tan particular. – Nunca quisimos a esos amigos tuyos, pero nos vinieron de perlas, y nunca está demás unos criados. Aún así, queríamos tenerte bien cogido de las pelotas, y para eso está Béatrice.
– ¿Qué queréis? – murmuré.
– Te queremos a ti. – dijo Natalie.
Observé los rostros de las demás chicas, esperando que fuera una  de las tonterías que decía Natalie, por ese trato tan cariñoso cuando se refería a mí.
Pero ella estaban serias, a excepción de Natalie que sonreía dulcemente, definitivamente no era una broma. No sé si es lo más romántico o perturbador que me han dicho en toda mi vida.
– ¿Yo? ¿Y por qué me intentasteis matar? – dije confundido.
– Nunca me caíste bien. – dijo Éline afilando el cuchillo.
– No lo entiendo, ¿por qué yo? – pregunté.
– ¡No! No le hagas caso. – gritó Béatrice. Pero Camille le propinó un fuerte golpe en su cabeza, haciendo que se desplomara inconsciente.
– Tienes dos opciones: Vienes con nosotras, y ellos, incluida Béatrice se salva. Esa es la mejor opción…
– O, ellos mueren y tú sobrevives sabiendo que has matado a tus amigos, y a ella. – intervino Éline sin dejar acabar a Natalie.
– Gustav. – murmuró Béatrice.
– ¿No me soltarás antes? – dije.
Natalie no dudo en soltar mis amarres, y por fin quedé libre de ese apretado cuero que me provocó pequeñas heridas en mis muñecas.
Caminé unos pasos, y cometí el error de mirar a Béatrice, no debí hacerlo. Porque en ese momento reflejé mi  traición hacia ellas, momento que aprovecharon para alcanzar a Béatrice, y cortar sin ninguna pizca de pudor el cuello de la chica.
– ¡¡Béatrice!! – grité aproximándome hacia ella.  Observé a Éline destrozado, ella no paraba de reirse.
Ella estaba en mis brazos,  apunto de morir, observé la gran franja que había en su cuello, sus latidos disminuían, su piel se ponía fria… y no podía hacer nada para salvarla.
– Béatrice. – dije en un hilo de voz.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla, y cayó  sobre mi manos llenas de su sangre, está se deslizo hasta terminar en el suelo, entonces, la voz  de los niños apareció en mi cabeza. “Tus lágrimas sangrientas fluirán”  La maldición había terminado…
– Por favor, sálvala. Haré lo que sea, pero ¡hazlo! 




[[ Antes de que dejes de leer quiero deciros a todos y todas, tanto lo que lean la mansión activa  (comentando)  y pasivamente ( solo leer) que me gustaría para el ultimo capitulo el 29º que comentarais TODOS.  Sí, sí, todos, o sea si eres seguidor pasivo por favor, más que sea comenta el ultimo. Se lo agradeceré eternamente :) ]]


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7 comentarios:

  1. dios!!! me as dejado asi :O!!!!!! esto es inkreible!! me enkanta kien se fuera a imaginar k las sirvientas fueran las malas! pobre beatrice...pobre gustav ='( enserio este kapitulo esta genial se nota k t lo as kurrado ;)

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  2. Oh god me acabas de dejar helada como muerta!!! iiO keriia k GUstav estubiese con Beatrice pero eso lo decides tu en fin i bvio k desde luego k sii voi a publikar tus capiis!!! ;) te quiero biie como me dice tu: amour xD buenito biie!!!

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  3. Me encanto, pero un poco corto :(
    El próximo es el último? no lo puedo creer!
    Se me hizo muy pero muy corta

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  4. No puedo creer que ya valla a terminar me dejastes super intrigada con este capitulo quiero mas!!!! jejeje

    Saludos

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  5. me dejaste en shock.... no q Béatrice y Gus, parejita ¿?
    sube!! quiero el 29! pero tampoco qiero q acabe el fic!! T_T
    te qiero nena bieee.... xD

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  6. Miegdaa!!
    Que Sadicas Son!! :S
    Estoy Perturbadaa!!
    QUIERO MAS!! :l

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  7. estuvo muy linda la hiistoria che te sigo espero que me sigas sino no te seguire despues si quieres afiliamos!

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