lunes, 23 de agosto de 2010

La mansión - Capitulo 24º


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Capitulo 24º - Béatrice y su colgante.

– Hay alguien que te reclama. – dijo Charles tan formal como siempre. Aunque pensé que Angélique los había despedido a todos. Al parecer a todos, ecepto a Charle. Si Angélique supiera que las cuatro sirvientas están muertas.
Vi la  gran puerta de la mansión abierta, me asomé a ver de quien se trataba, era Béatrice, ella estaba algo alejada, pensé por el calor que hacía hoy que haría sol, pero, al parecer en un par de horas las nubes habían oscurecido el día. La chica caminó hacia mí, y me miró.
– ¿Beatrice que haces aquí?  – pregunté.
– Tenemos que hablar. – dijo con voz  apagada.
La dejé pasar, ambos subimos hasta la habitación, que era el único lugar donde podríamos  hablar tranquilamente.
Cerré la puerta, ella se quitó la capucha negra y luego me miró seria.
– ¿Y el camafeo?
Un escalofrío me recorrió entero, no tenía ni idea de donde estaba.  Entonces recordé lo que pasó el otro día a la salida del hospital, cuando una Béatrice poseída, si se puede decir eso, me pidió ese colgante.
– ¿Para que quieres el collar?
– Es mío no tengo porqué darte explicaciones.
La miré desafiante, nunca antes, a acepción del primer día, ella me había hablado en ese tono.
– ¿Por qué quieres el camafeo?
– Te he dicho que es mío y no tengo que dar excusas para que me lo des.
– No pienso dártelo. A menos que me digas algo que solo sabemos tú y yo.
– Oh venga, te acabo de conocer, ¿qué clase de secretos compartiría contigo?
– Dímelo tú.
Ella estaba de espaldas a mí, realmente no sabía como descubrir si era o no Béatrice, entonces me fijé en la pequeña mesita que estaba al lado de la cama, ahí se encontraba el camafeo y lo único que deseaba ahora es que ella no se diera cuenta de que estaba a su alcance.
– Gustav, dame el collar. – repitió.
– No. – dije tajante.
Ella se volteó dejándome ver su inmaculado rostro, que dejaba de serlo lentamente hasta quedarse de un color gris, sus ojos desaparecían dejando las cuencas de sus ojos vacías y su piel se arrugada formando la  horrorosa cara de un ser que no pertenencia a este mundo.
– Gustav, te lo digo por última vez, dame el colgante.  – dijo con  voz áspera.
Veía como el cielo se oscurecía, dando la apariencia de que era de noche.
– No. – me negué. 
Ella se tiró sobre mí, cayendo los dos sobre la cama, puso sus horribles y arrugadas  manos en mi cuello, y lo apretó con fuerza, clavándome sus uñas y asfixiándome a la
 vez.  
– Dámelo. – gritó.
Ella apretó más mi cuello, si seguía así me mataría, aunque era preferible, después de todo las muertes que había causado estos días atrás.
Sus manos se fueron soltando lentamente de mi cuello, ella cayó a mi lado. Vi ante mí a la verdadera Béatrice.
Cogí aire, aparté el cuerpo de la falsa Béatrice de mí y me puse en pie costosamente.
– Béatrice. – gimoteé.  
– Gustav, ¿estás bien?
Observé su rostro dudoso, ¿era ella? Enserio podía  confiar en esa chica que tenía delante de mí.
– ¿Eres tú? ¿Tú de verdad? – dije tocando mi cuello. Cuando aparté mi mano, observé que estaba llena de sangre.
– Sí, será mejor que hagamos algo con ella.
Miré el cuerpo de la horrible mujer, ¿Qué rayos era eso? ¿Por qué otro extraño monstruo se había vuelto a entrometer en estos extraños sucesos?
Vi un objeto de metal clavado en el cráneo de esta.  Dirigí mi vista a Béatrice, que se mostraba algo preocupada.
– ¿Cómo has entrado? – pregunté desconfiado.
– Por la ventana. Lo sé, ¿por qué no utilicen la puerta?, es que supuse que así sería mejor, no quería ver a Angélique después de tanto tiempo. – dijo  tristemente, observando el suelo.
– Béatrice, perdóname, pero, comprende que después de que casi esta mujer, o lo que sea, intentara matarme,  no puedo creerte.
Béatrice sonrió levemente.
– Lo entiendo. Y por eso te demostraré que sí soy yo. – dijo acercándose lentamente a hacia mí. No sabía que intentaría, hasta que nuestros rostros estaban a escasos centímetros y sus labios y los míos por fin se juntaron, ella los separó levemente, pero luego volvió a juntarlos.  
Me reí por lo bajo, realmente no sé a que rayos venía esto ahora. Levanté la mirada para encontrarme con una risueña Béatrice. Observé el cadáver de aquella mujer, y saqué  con mucho trabajo la daga que estaba incrustada en su cabeza.  
– ¿De donde sacaste eso? – pregunté sonriendo.
– Que más da de donde lo sacara, lo importante es que te salvó la vida. – dijo ella.
Miré el arma, era de lo más sencilla, pero muy afilada, lo más curioso era un extraño símbolo de una estrella de cinco puntas en la empuñadura de metal.
Béatrice vino hacia mí, y me cogió de la mano, haciendo que me acercara a ella.
– Venga tonto. ¿Por qué no me besas? – susurrón a mi oído.
Le sonreí  y la besé tiernamente en la mejilla. Ella me miró suplicándome más.
Me acerqué mucho más de lo que estaba a ella, y rocé con mis labios los suyos, nuestros labios se enlazaron, fundiéndose en un calido beso. Empecé a notar el sabor de su sangre en mi boca, bien.  Saqué la daga, y la volví a propinar una buena estocada por encima del otro golpe.  Dejé que su cuerpo cayera en el suelo y se desangrara.  
– Gustav. – dijo Béatrice débilmente.
– ¿Qué? – dije moviendo a la cosa aquella de la cama.
– ¿Por qué? – gimió.
– ¿Aún sigues con la farsa? Tú ayer mismo me decías que estabas enamorada de Andrew.  Y ahora, lo que seas tú, porque es obvio que no eres Béatrice, quieres que me crea un cuento, para que te de el camafeo.
– ¿De que hablas Gustav? – dijo Béatrice.
– Por favor Béatrice. Sé que no eres tú, ni sé porque me molesto en llamarte Béatrice.
Saqué la daga en su estomago, halé su cabello dejándome ver su cuello descubierto.
– No sé como lo has hecho, pero has conseguido ser igual de perfecta que la verdadera Béatrice.
– Gustav, yo soy la verdadera Bé…
No la dejé terminar, solo hundí la daga lo más profundo que pude en su cuello, deshaciendo la carne que pasaba por la afilada arma, cortando su yugular mostrándome su sangre oscura que caía al suelo y por fin, acabé con su vida.
Dejé el cuerpo de la chica en el suelo, permitiendo que se desangrara. Caminé hasta la mesa y cogí el camafeo. Creo que estará mejor conmigo que perdido por esta habitación.
Me senté en la cama, ¿había echo bien verdad? Ella no era Béatrice. Sacudí de mi cabeza la idea de haber matado a  Béatrice. Ella estaba bien, lo único que debería de preocuparme ahora era donde esconder los cadáveres de estas dos.
La puerta se abrió de repente, lo que hizo que me sobresaltara.
– Gustav. – dijo un preocupado Tom. – ¿Qué has hecho?
– No, no es lo que piensas, no es ella. – dije intentado explicar lo sucedido.
– ¿Y quien es entonces? – dijo con un cierto grado de sospecha en su voz.
– Tom, no es Béatrice. Y lo sé perfectamente.
– Andrew, está abajo.
– ¿¡Cómo!? – dijo nervioso. – Andrew, ¿qué hace aquí?
– No lo sé. Pero creo que quiere verte.
Me levanté de la cama y casi corrí hasta llegar abajo. Salí fuera, y a mi derecha donde se encontraba los viñedos estaba Georg y Bill.
– Tom, ¿dónde está él? –  dije.  Pero comprendí que él se había quedado arriba.
Caminé hacia los viñedos y me puse al lado de Bill.
– ¿Qué ha pasado? – pregunté.
– Andrew ha estado aquí. – dijo Bill. – Dijo algo sobre una casa abandonada.
– ¿Qué casa? Aquí no hay casas abandonadas. – dije.
– Sí lo hay, dijo que teníamos que ir, o si no alguien morirá.
Permanecimos viendo los viñedos agitarse con el leve viento. Escuchamos unos pasos tras nosotros, cuando vimos a Tom corriendo hasta nosotros.
–  No están, los cuerpos no están. –  dijo agotado.
–  ¿Cómo? No están.
– Cuando entré a la habitación habían desaparecido.
Estuve meditando unos segundos, y la única solución, o al menos lo único que podía realizar ahora era ir a esa casa y hacerle caso a Andrew.
– Busquemos la casa abandonada.
Caminamos los cuatro hasta el coche, y vimos a mi padre con las llaves en la mano.
– ¿A dónde vas? – pregunté.
– Al pueblo, tengo que comprar comida. – dijo él.
Cogí la llave de su mano y se las di a Tom.
– Ya vamos nosotros.
– ¿Enserio? No te perderás como la otra vez.
– ¿Sabes de alguna casa abandonada? – dije pasando olímpicamente de lo que me dijo.
– No. – dijo extraño.
Todos estábamos dentro del coche, y comezón nuestro viaje por encontrar una casa abandonada, lo veía imposible, extraño, hasta que Andrew apareció en la carretera.
– Síguele. – dije.
Tom aceleró. Andrew apareció una segunda vez, guiándonos por otra carretera. Dejamos el coche aparcado no muy lejos de la carretera, ya que para llegar a la casa había que recorrer un pequeño camino terroso, nos situamos frente a la casa abandonada. Y vimos lo que sería la puerta principal, llena de ladrillos que bloqueaban la entrada.
– ¿Y ahora por donde entramos? – preguntó Bill.
Tom salió con un gran martillo y golpeó la fina capa de ladrillitos rojos derrumbándola. Todos le miramos sorprendimos.
– Hago pesas. Y, el martillo estaba detrás. – dijo Tom. Pero todos seguíamos
 asombrados. Terminamos de derrumbar la pared de ladrillos, y luego vimos el interior. Oscuro y lleno de polvo, ahí tendríamos que pasar las próximas horas, porque fuera lo que fuera algo malo, oscuro y tenebroso se escondía en esa casa.
– ¿Entramos? – dijo Georg.
… 

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Bien, este capitulo me ha costado bastante escribirlo. Lo veía raro. =S No sé díganme que les pareció =S

Falta un capitulo, y/o es muuy largo o lo divido en más cachos =S

7 comentarios:

  1. oh god!!! esto esta genial cada dia mas cool!!! xD xD enserio era beatricela que mato no waaaa!!! no kelo ke sea ella nu nu nÚ x favor!!! pero siguele siguele siguele!!! i llega al 30 i grax x el premio te agradesco!!!

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  2. waa! Hannah qede mal! era o no la verdadera Béatrice??? waa dividelo en mas capis!! asi ahi mas fic "La Mansión" xDD

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  3. Me gusto lo de Breatrice, pero tengo una DUDA era ella o no en fin... Muy bueno ah gracias por el premio

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  4. Me encanto el Capi! *O*
    Peroo Esa no era Beatrice noo?
    Yo creo kee no era! *---*
    Dividelo en Capis pequeños!! :D

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  5. ö que interesa!!que fuerte lo de beatrice es ella o no¿? que intriga jaja me encanta^^

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  6. hallo tanto tiempo sin
    pazar
    hehehe
    olaz
    hehe me enanto
    el
    kap.
    ii maz xk mato ala beatrice aunk no era la berdadera xD
    kmla
    soy



    muahahahah
    XD


    hehe
    me
    enkanto
    espero
    y
    subaz
    pronto
    sikesi

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  7. o:¡¡¡ que buen cap.¡¡¡¡¡ me sorprendio que no fuera beatrice, pero gus tenia razón¡¡¡¡, buaaa ya casi se acaba: recuerda que si quieres hacer 2da temporada de la mansión todo dependera del final que le des a la 1era temporada ok??? suerte con ello¡¡¡¡¡

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